Introducción
Benjamín Carrión Mora, nacido el 20 de abril de 1897 en Loja, Ecuador, y fallecido el 9 de marzo de 1979 en su ciudad natal, es una figura destacada en la literatura y cultura ecuatoriana. Como fundador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Carrión dejó un legado duradero que ha influido profundamente en el desarrollo cultural y literario del país. Su vida y obra son un testimonio de su compromiso con la identidad cultural ecuatoriana.
Carrión no solo fue un prolífico escritor, sino también un ferviente defensor de las artes y las letras. Impulsó numerosas iniciativas para apoyar a artistas y escritores ecuatorianos. Su dedicación se refleja en sus escritos y proyectos, que continúan inspirando a generaciones de ecuatorianos a valorar y preservar su herencia cultural. La influencia de Benjamín Carrión en la cultura del Ecuador es incuestionable, y su legado perdura en la memoria colectiva del país.

Primeros Años y Educación
Benjamín Carrión, hijo de Manuel Carrión Riofrío y Filomena Mora Bermeo, enfrentó la tragedia de perder a su padre a los seis años. Este evento marcó su vida. Fue su madre quien se encargó de su educación inicial, enseñándole a leer y escribir. Su hermano mayor, Manuel, también tuvo un papel crucial al introducirlo a la literatura francesa y la poesía modernista.
Carrión cursó sus estudios secundarios en el Colegio Bernardo Valdivieso en Loja. Luego, se trasladó a Quito para estudiar Jurisprudencia en la Universidad Central del Ecuador. Durante su tiempo en la universidad, no solo se dedicó a las leyes, sino que también profundizó su interés por la literatura y la cultura. Esta combinación de formación académica y pasión por la literatura moldeó su visión del mundo y su compromiso con la cultura ecuatoriana.
Carrera Literaria y Diplomática
Carrión se destacó en su carrera literaria, ganando premios en los Juegos Florales de 1918 por sus poemas “Romance antiguo” y “Confesión lírica”. Fue un prolífico escritor y colaborador en publicaciones como “El Día”, “Caricatura” y “Juventud estudiosa”. En 1925, comenzó su carrera diplomática como cónsul en El Havre, Francia, donde estrechó lazos con figuras literarias y culturales de América Latina y Europa.
En 1928, publicó “Los creadores de la Nueva América” en París, un libro que incluye ensayos sobre figuras como José Vasconcelos y Gabriela Mistral. Esta obra refleja su pasión por la cultura latinoamericana y su deseo de promover la literatura del continente.
Fundación de la Casa de la Cultura Ecuatoriana
Uno de los logros más significativos de Benjamín Carrión fue la fundación de la Casa de la Cultura Ecuatoriana en 1944. Esta institución se convirtió en un bastión para el desarrollo y la difusión de las artes en Ecuador, apoyando a numerosos artistas y escritores. La Casa de la Cultura sigue siendo un símbolo de la riqueza cultural del país y un homenaje a su legado.
Obras Destacadas
Carrión fue autor de una extensa producción literaria, que abarcó ensayos, novelas y biografías. Algunas de sus obras más destacadas incluyen:
“Atahuallpa” (1934): Una biografía del último soberano inca que explora su vida y legado en la cultura andina.
“Cartas al Ecuador” (1943): Reflexiones sobre la cultura, la política y la sociedad ecuatoriana, ofreciendo una visión crítica de los desafíos del país.
“El nuevo relato ecuatoriano” (1951): Un estudio sobre la literatura ecuatoriana contemporánea y sus tendencias.
“San Miguel de Unamuno” (1954): Biografía del filósofo y escritor español Miguel de Unamuno, analizando su vida y pensamiento.
“García Moreno, el santo del patíbulo” (1958): Una biografía crítica del presidente ecuatoriano Gabriel García Moreno, examinando su vida y legado.
La obra de Carrión no solo enriqueció la literatura ecuatoriana, sino que también ayudó a entender la historia y cultura del Ecuador y América Latina. Su capacidad para abordar varios géneros y temas le asegura un lugar destacado en el canon literario ecuatoriano.
Legado y Reconocimientos
Carrión fue honrado con numerosos premios y reconocimientos a lo largo de su vida, reflejando su impacto en la cultura ecuatoriana. Entre ellos se encuentra el Premio Benito Juárez, otorgado por el gobierno mexicano en 1968. También fue galardonado con el Premio Eugenio Espejo en 1975, el máximo reconocimiento cultural del Ecuador.
Su dedicación a la identidad cultural ecuatoriana y su labor en favor de las artes y las letras han cimentado su lugar en la historia cultural del Ecuador. Las instituciones culturales y educativas continúan honrando su memoria, y su obra permanece como un faro de inspiración para quienes buscan enriquecer la cultura ecuatoriana.