Naún Briones: El Robin Hood Ecuatoriano
La legendaria historia del bandolero social que robaba a los ricos para ayudar a los pobres en la provincia de Loja

Monumento en honor a Naún Briones en Cangonamá, su tierra natal
El Origen de una Leyenda Popular
En las montañas de la provincia de Loja, Ecuador, nació uno de los personajes más emblemáticos y controversiales de la historia ecuatoriana. Naún Briones, conocido popularmente como el «Robin Hood Ecuatoriano» o el «Robin Hood lojano», vio la luz el 26 de noviembre de 1902 en la parroquia de Cangonamá, cantón Paltas.
La infancia de Briones estuvo marcada por la adversidad. Tras la temprana muerte de su padre, su familia quedó sumida en la pobreza extrema. Esta situación empeoró cuando su madre, analfabeta como muchas mujeres rurales de la época, fue engañada para firmar documentos que transferían casi todas sus tierras a su cuñado, dejando a la familia prácticamente en la indigencia.

Paisajes rurales de Loja, entorno que formó el carácter de Naún Briones
Esta experiencia de injusticia y despojo sería fundamental para forjar el carácter y las motivaciones futuras de Naún, quien desde niño comenzó a realizar pequeños hurtos con el único propósito de llevar alimento a su madre y hermana.
De Bandolero a Símbolo de Justicia Social
Lo que comenzó como actos desesperados de supervivencia evolucionó con el tiempo hacia un comportamiento sistemático con claras connotaciones de justicia social. Briones desarrolló una particular «ética del robo»: sustraía bienes exclusivamente de las haciendas pertenecientes a los terratenientes más adinerados y distribuía lo obtenido entre los más necesitados.
Según los testimonios recogidos de ancianos de Cangonamá que lo conocieron, como Luis Emilio Díaz, Naún era un hombre respetado por su comunidad. A pesar de haber cursado solo hasta el tercer grado de escuela primaria, era considerado un hombre inteligente y articulado, describiéndolo como «un hombre preparado para su tiempo».
Lo que más destacaba de su personalidad era su profundo sentido de equidad. Para Briones, todos los seres humanos eran iguales, sin distinción entre ricos y pobres. Esta filosofía vital guiaba sus acciones: nunca guardaba nada para sí mismo y todo lo que obtenía lo destinaba a viudas, huérfanos y familias necesitadas.
Contexto Histórico: Ecuador en los Años 20 y 30

Ilustración artística que representa a Naún Briones
Para comprender plenamente el fenómeno social que representó Naún Briones, es necesario contextualizar la época en la que vivió. Ecuador atravesaba a principios del siglo XX por una profunda crisis social y económica. La «Revolución Juliana» de 1925 había intentado modernizar el país, pero las estructuras oligárquicas seguían dominando amplias regiones, especialmente en zonas rurales como Loja.
El periodo entre 1920 y 1935, cuando Briones desarrolló su actividad, estuvo marcado por una profunda desigualdad social. Los grandes terratenientes mantenían condiciones de servidumbre sobre los campesinos, muchos de ellos de origen indígena. El sistema de «concertaje» —una forma de trabajo forzado por deudas— seguía operando de manera encubierta pese a su abolición formal.
En este contexto, figuras como Briones no pueden entenderse simplemente como delincuentes comunes, sino como expresiones de resistencia popular frente a un sistema profundamente injusto. Algunos historiadores lo comparan con Pancho Villa en México o con otros «bandidos sociales» latinoamericanos que han sido estudiados por académicos como Eric Hobsbawm.
El Final de una Vida de Rebeldía
La vida de Naún Briones llegó a su trágico final durante el amanecer del 13 de enero de 1935. En la quebrada de Piedra Liza, en Sozoranga, un operativo militar dirigido por el mayor Deifílio Morocho lo acorraló junto a dos de sus compañeros.
Las circunstancias exactas de su muerte siguen siendo objeto de debate. La versión oficial sostiene que fue abatido por las fuerzas del orden, pero testimonios populares, incluido el relato transmitido por el padre de Luis Emilio Díaz, sugieren que Briones habría cumplido su promesa de quitarse la vida antes de ser capturado. Según esta versión, siempre llevaba dos cartuchos en su pistola: «uno para quien intentara atraparlo y otro para él mismo».
Este final dramático ocurrió durante el primer gobierno de José María Velasco Ibarra, un periodo caracterizado por políticas conservadoras. Algunos analistas sugieren que la eliminación de Briones no respondía únicamente a su condición de «bandolero», sino al temor de las autoridades de que pudiera convertirse en catalizador de un movimiento de revolución social.
El Legado Cultural de Naún Briones
Más allá de los hechos históricos documentados, Naún Briones ha trascendido como figura cultural. Su historia ha inspirado diversas expresiones artísticas:
- La novela «Polvo y Ceniza» de Eliécer Cárdenas (1979), considerada una de las obras más importantes de la literatura ecuatoriana contemporánea.
- Numerosas canciones y relatos populares que mantienen viva su memoria en los cantones lojanos.
- El libro «Naún Briones: leyenda y tradición» de Eduardo Pucha (2008).
- Estudios académicos como «Originalidad y tradición del héroe Bandido» de Luis Aguilar (2022).

Cangonamá, tierra natal de Naún Briones en la provincia de Loja
En 2021, la parroquia de Cangonamá inauguró un imponente monumento en su honor: una estructura de fibra de vidrio de 6 metros de altura y 3 metros de ancho. Este monumento no solo busca preservar la memoria de su hijo más ilustre, sino también atraer turismo a la localidad.
Reflexión: Entre el Mito y la Historia
La figura de Naún Briones ilustra perfectamente la delgada línea que separa la historia de la mitología popular. Para las autoridades de su tiempo, fue simplemente un delincuente peligroso. Para los campesinos y desposeídos, representó una esperanza de justicia en un sistema profundamente desigual.
Su legado nos invita a reflexionar sobre la complejidad de juzgar figuras históricas desde parámetros contemporáneos. ¿Fue un criminal o un justiciero? ¿Un simple bandolero o un revolucionario social al que le faltó tiempo para consolidarse como tal?
Lo cierto es que, casi un siglo después de su muerte, Naún Briones sigue siendo un símbolo vibrante en la memoria colectiva de Loja. Su historia nos recuerda que, en contextos de extrema injusticia social, la línea entre la criminalidad y la resistencia legítima puede tornarse sorprendentemente difusa.